El
abeto blanco es un árbol de gran porte que en estado natural puede alcanzar
los 40 m de altura. De porte cónico y muy regular con follaje denso, verde
muy oscuro.
Hojas perennes, aciculares, rígidas, de extremidad roma,
dispuestas en los brotes esparcidas a todo alrededor de ellos y pronto se
curvan hacia arriba y en las ramas viejas aparecen como en dos filas
opuestas.
Son aplanadas, de 2 a 2,5 cm de largo, con dos bandas blancas de
estomas en el envés y un ensanchamiento en disco en la base, típico del
género Abies. Al estrujarlas desprenden un agradable aroma a naranja.
Las
flores se disponen en conos unisexuales, las masculinas en grupos numerosos
colgantes en la extremidad de las ramitas. Cada inflorescencia de
aproximadamente 10 x 3 mm, cuelga de un fino hilo y se compone de numerosas
escamillas trilobuladas amarillas con dos anteras.
Las femeninas son piñas de
10 a 15 cm de largo, erectas sobre las ramas superiores del árbol. En la
madurez se descomponen en escamas triangulares de 25 a 30 mm x 33 a 35 mm con
una bráctea afilada y recurvada pegada a las semillas que asoma entre las
escamas.
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